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Desde La Luna

Capítulo I

Nací una mañana a principios de agosto, hace ya veintiocho años. Mi madre sacaba brillo a la lámpara del faro en el que vivíamos, y mi padre dormía en la planta baja. Subida en una silla, el brazo estirado hacia el exterior para limpiar los churretes de las gaviotas en el cristal, tuvo de pronto la certeza de que iba a dar a luz. Bajó despacio de su pequeño pedestal. Contó las escaleras que le quedaban para llegar hasta mi padre, y cuando calculó que la distancia era suficiente, se puso las manos junto a la boca a modo de bocina e imitó la sirena de una barco, tal como habían convenido. En menos de tres minutos estaban subidos en el viejo descapotable,rezando para que el único doctor que había en el pueblo estuviera disponible.

1 comentario

Félix H. de Rojas -

Me gusta. Buen comienzo.

Feliz año, compañera.