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Desde La Luna

Capítulo II

Hasta ese día mi abuelo vivía solo en la casa de cal junto al faro. Al menos una noche por semana subía a ver a mi padre, y entre giro y giro de la señal luminosa le pedía que olvidara los viejos rencores y se trasladara de nuevo al hogar familiar. El orgullo le había impedido aceptar la propuesta; pero cuando mi madre y él se dieron cuenta de que la única solución era colgar la cuna del techo regresaron a la casa de cal. Por supuesto, la decisión no fue inmediata. Pasé dos noches durmiendo como si fuera una lámpara, y cuando al tercero se dibujó una grieta en el techo, comenzaron a empaquetar sus cosas.

4 comentarios

jajaja -

que es eso lokos

gonzalo -

Este faro promete traer un buen personaje Lidia, me gustan estas tres primeras partes.

Lidia -

Gracias, Astracán (espero haber escrito bien el nombre). Cualquier estímulo para continuar es de agradecer; intentaré estar aquí un ratito cada día.

astracan -

La luz de tu faro alumbra una historia que merece la pena ser contada. Sigue, tendrás en mi una fiel seguidora.
La espuma de mar,su murmullo sonoro,me acompañan.