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Desde La Luna

La edad

Pasea torpe por los rincones de la biblioteca, arrastrando los pies. El pelo, blanco como su alma, limpia a pesar de los años. Zapatos pequeños, en un pie casi de niña. El bibliotecario la observa, tan diminuta dentro de una gabardina color crema, y siente lástima de ella. No sabe que es feliz, después de tantos y tantos años sin abrir un libro. Su nieta le regaló el carnet: “ toma, abuela, pásate por allí, a ver si encuentras algo que te guste”.

Le gusta todo, el problema es que sólo puede llevarse tres libros. Los toca, lee los índices, las contraportadas, van llegando a su memoria los autores que leyó hace un siglo. Los busca, recuerda un fragmento. En estos momentos no hay, en la biblioteca, nadie tan joven como ella.

1 comentario

Anónimo -

Es lo mejor que he leído en mucho tiempo.