Invisibles
Llegó un momento en el que los habitantes de la ciudad se habituaron tanto a los mendigos que, a fuerza de despreciarlos, se hicieron invisibles. Un día desaparecieron. Otro día se evaporaron los ancianos; otro, los enfermos más graves. Entonces la Muerte se enfadó tanto que decidió retirarse. Y se quedaron eternos, secos y estériles, el resto de los "humanos".
5 comentarios
lunaaaaa -
Anónimo -
Esta blog se está poniendo cada vez más interesante.
Lidia -
megustasutopia -
Alekos -